Desafortunadamente, aquí como en el resto de este conmovedor planeta, la imitación es la regla y el prestigio la ambición más alta. Preocuparse por la situación general no es asunto mío, pero no soy de hierro. Algunos de estos niños, saludables, magníficos y algunas veces muy guapos, madurarán. La mayoría, les doy mi amarga opinión, meramente envejecerán. ¿Es esta una visión que uno puede tolerar en su corazón?

Hapworth 16, 1924, J.D.Salinger

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